viernes, 3 de febrero de 2012

D-Las gafas transparentes

Me estoy acordando de los graciosos que siempre te dicen: "cuando entrenas un día de frío o lluvia tienes la ventaja de que tu entrenas y tus contrincantes no". La letra pequeña lo que dice es que ellos descansan un día y después pueden entrenar y el que entrena el día chungo se pone malo y pierde unos cuantos días más, ademas de estas hecho polvo. Así ando yo tras mi salida heroica de ayer a rodar 12 kms. con lo que estaba cayendo (y aún así tengo que dar gracias porque en el norte de España es aún peor). Me duelen las articulaciones y se me esta resintiendo la osteopatía de pubis de ir en la moto trabajando. Lo de no tener sensibilidad en los dedos por el frío matutino dirigiendo tráfico es algo secundario. Puede que haya sido de haberme quemado agarrando el vaso del colacao hirviendo para intentar entrar en calor.
Ayer, para el entreno, encontré algo que tenía en el olvido pero que creí necesario para ir ataviado convenientemente de cara al frío: unas gafas con cristales transparentes. Las tenía de cuando hacía ciclismo y, en mis primeros años marchando, allá por el 1992 ó 93 las usaba a menudo con el frío.
Una de mis excusas para usarlas era evitar la sinusitis ya que todavía por aquella época sorbía los mocos para dentro en vez de soltarlos con la técnica de tapar un agujero y soplar por el otro como buen atleta. Bien educado que estaba uno, que ni siquiera escupía.
Si tengo que decir la verdad, a mi me gustaba llevarlas porque me parecía "guay". Ahora ya no pienso lo mismo y tengo algo de vergüenza, por lo que a veces pienso que hacía el ridículo. Me sirve de consuelo pensar que tengo unas mallas (las cuales han desaparecido y no se porqué) con unas tonalidades bastante extravagantes, vamos, lo que se dice horteras. Parecen galácticas con muchas lineas abstractas pintadas, sobre todo en colores fluorescentes. En su época me encantaban pero ahora... uno ya es mayor y tiene una posición respetable ya que mucha gente me conoce, así que procuro no usarlas (también porque no las encuentro).
Aunque uno en el fondo a veces piensa que es marchador, que ya la gente se cachondea de ti por tu modalidad deportiva, así que ¿y que más da? pero luego recuerda que al parecer media España me ha visto en el telediario de antena 3 por una cosa donde no pintaba nada y prefiero mantener la decencia un mínimo.
Si mañana puedo entrenar, creo que me volveré a poner las gafas.

1 comentario:

  1. Yo también uso gafas transparentes, como las llamo, durante los meses de verano, donde tenemos un viento de 40 kms/hora de junio a septiembre.

    Sin ellas, es imposible marchar cara al viento sin dañarte los ojos.

    Ahora, en invierno, no tengo que usarlas.

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