miércoles, 8 de febrero de 2012

O-El antojo del hidropedal

Dentro de las chorradas varias que se me pasan por la cabeza, en este caso ha pasado adquirir un hidropedal o patín de agua.
Todo vino a raíz de que, buscando un coche abandonado, nos encontramos unos hidropedales abandonados con algunas roturas. Le estuve comentando al compañero que iba a volver por la noche y a llevarmelo, recauchutarlo con parches de fibra de vidrio y ya tendría un medio de locomoción marino.
Ni que decir tiene que no pasé por la noche a robarlo, que para eso uno tiene que dar ejemplo. Ya me puse a buscar información y encontré el motivo de que aquellos hidropedales estuvieran por allí y es que hay una fábrica en la zona. No he encontrado aún el negocio, imagino porque no está rotulado, pero ya si que encontré su página web.
Los precios los ocultan, imagino que para que la gente hable con ellos y no compare directamente. Son esas cosas del marketing y los negocios. Calculo que uno sencillito, para 4 o 6 personas, sin el dichoso trampolín que nunca resbala, puede salir por unos 1300 euros. Ya varía el precio si lo quieres de fibra de vidrio o de polialgo de plástico.
Ya me estuve imaginando comprándome una baca para subirlo en lo alto de la scenic para ir a la playa. Subirlo al coche, unos 150 kilos, podría ser más o menos complicado, pero ya en la playa habría que apañarse para desplazarlo por la arena. Los que vi tenían unas ruedas de quita y pon, pero eso le haría menos hidrodinámico, así que no me convence del todo.
Igualmente, que usos se le podrían dar. Para ir a buscar delfines heridos sería engorroso y puede que lento, sobre todo montar toda la parafernalia para llegar a la playa en cuestión. También para cuando los vendedores ambulantes de la playa, huyendo de la policía se metieran en el agua, podría llegar yo con mi hidropedal tuneado con una liz rotatoria azul y una sirena de esas de manivela. No veas que espectáculo. Imagino que el mismo que montaría al llevar el hidropedal en el techo ya que la gente pensaría que sería un flipado, con toda lógica.
Ya se me ha pasado la idea de adquirirlo por una sencilla razón, y es que soy de secano y apenas toco la playa si no es para corretear a un vendedor ambulante o medir un delfín varado.
También porque el motor humano llevaría solamente mi caballaje, y aunque parezca que sería un buen entreno, al final acabaría hasta los mismisimos del maldito hidropedal.

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