lunes, 4 de febrero de 2013

D-A perro flaco...

Domingo, el día de hacer los kilómetros largos que no puedo hacer durante la semana. Tenía pensado hacer 15, pero me encontraba muy cansado. Hacer turnos de visita en un hospital es cansado, por mucho que digan que se está solo sentado. Sobre todo de coco.
Pues no tenía cuerpo de hacer una rodada larga ya que se suponía me iba a tocar el turno de noche. Ya había perdido el día anterior de entrenamiento por la logística familiar y podía perder el día de hoy (lo cual es más que probable), así que me dije "pues me meto unas series y al menos tengo algo de calidad en las piernas".
Me asomo a la ventana y veo sol, pero también veo viento huracanado. Decido ponerme unos pantalones cortos aunque llevo manga larga. El entrenamiento cambiará a hacer 4 series de 1000 y, para amañar los resultados de cara a motivarme, los haré en el tramo de acera donde tenga el viento a favor y recuperaré en el de sentido contrario para completar 10 kilómetros.
Pues llego a la Avenida de Andalucía y me encuentro que el viento huracanado sopla por rachas y ni en un sentido ni en el otro, sino transversal. Compruebo en que sentido pega menos, pero por asombroso que parezca, pega igual de mal en ambos lados. Voy a acabar reventado.
Sobre la marcha (valga la redundancia), decido que voy a hacer 10x400 para forzar con ese viento en contra bilateral. El entrenamiento improvisado, como era de esperar, sale un churro y soy incapaz de bajar de 1:48 en ninguna de las series. Es más, en la ultima llego incluso a 1:59 y dando gracias.
Las piernas no iban bien, pero es que no están yendo bien ultimamente y creo que mi técnica se resiente, motivo por lo cual puede peligrar el próximo andaluz por descalificación.
Al llegar a casa, me encuentro con que se ha gastado el agua caliente. Lo malo es que me doy cuenta cuando ya me estaba duchando y veía que no terminaba de cogar temperatura aquello. Acabo estornudando y moqueando. Tanto moqueaba, que mi mujer decidió que no podía ir al hospital a hacer el turno y que mañana veríamos.
Ahora mismo moqueo menos, miro por la ventana y veo sol y sin viento. No estoy en condiciones de entrenar y no he pegado ojo pues me ha llegado una notificación de sanidad, lo cual intuyo tendrá que ver algo con las puñeteras tortugas. Mira que tengo todos los papeles en regla y ni por esas puede estar uno tranquilo.

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