martes, 10 de febrero de 2015

O-El ultimo viaje del BTR

Uno ahorra lo que puede para dar rienda suelta a sus ansias de competiciones internacionales, pero llega un momento en que hay que renovarse o morir. En este caso le ha tocado a mi BTR, ese coche que ha hecho más kilómetros que Oliver Atón en un partido de campeones, y que se ha recorrido media España para desplazarme a tantos sitios.
Tras casi 13 años los achaques empezaron a hacerse notables. Empezó por fallar el motor de apertura de la puerta del conductor, pero salió adelante. No tuvo tanta suerte con el motor de apertura de la cerradura del maletero y llevo 3 meses metiendo y sacando cosas a través de los asientos traseros. La tela del techo se desprendió sin remedio y los pobre niños tenían que ir con la cabeza doblada (aunque contribuían metiendo cosas en el hueco entre la tela y el techo). Dejó de arrancar por sus propios medios hace un mes y desde entonces tenia que tirarlo por una cuesta abajo para arrancarlo a rachas. Lo último fue ayer cuando el asiento trasero por el que accedía al maletero dejó de doblarse y ya ni podía acceder ni nada.
Ayer estuve recorriendo los diferentes recovecos del coche para rescatar los útiles que he ido metiendo a lo largo del tiempo "paporsi"... Un par de flotadores para trasladar tortugas marinas (pero de colorines con dibujos de los fruitis) que compré en el 2001, una cazadora de abrigo para ciclismo que me tocó en un sorteo del 2001 también y que no me he puesto nunca, unos prismáticos, fichas para tortugas varadas, una red con barra extensible para pillar pájaros y tortugas, los chalecos del CREMA y el voluntariado, la baliza colgada del espejo que me acompañaba desde mi anterior coche, etc. En el 2002 estuvo en Galicia recogiendo pájaros y tortugas víctimas del Prestige y todavía tenía el chapapote pegado en las puertas.
Había un desguace que me lo compraba por 250 euros, pero el del concesionario me ha hecho el gato y me ha dicho que lo estaba gestionando el y que no podía darlo de baja por mi cuenta. Por ello lo he dejado lleno de botellas y basura de los niños y le he quitado la radio y las bombillas de las luces de cruce... ¿que por qué? Cuando tengais un renault vereis todas las veces que se funden y como os destrozais las manos para cambiar algunas bombillas. Me ha dado mucha rabia perder 250 euros y me ha dado por ahí... Y porque mi mujer me ha dicho que estaba loco por querer quitarle los sillones para ponerlos en el jardín. Cuando lo he dejado en el concesionario, le quité la baliza de orientación pequeña del espejo, lo cerré y ni miré atrás por si acaso me daba sentimiento dejarlo. Tenía hasta pensado hacerme una foto de recuerdo, pero también desistí.
Hasta siempre compañero.

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